jueves, 25 de septiembre de 2008

TU SICARIA


Lo miró, como quien mira un pedazo de carne estrafalario, que no pertenece al mostrador púdico de un carnicero. Su carne ya laxa, le provocaban repulsiones, sus caderas antes varoniles, le suponían anónimamente desfallecientes, se irguió sobre su figura dormida.
Curiosamente la luz de la ventana , proyectaba su sombra sobre el cuerpo de su amante. Vigorizada por la luz del atardecer, su figura crecía y se apoderaba de la escénica tarde de amor, dejando un sutil recuerdo de mohos con aspiraciones de deseo. Crisantemos de pasión, todavía permanecían erguidos en el aire con aroma perenne. Lo dejó respirar por un minuto más, minutos de gracia que solo ella otorgaba, consciente, del poder divino de dar y quitar.

Con impúdica transgresión , lo pateó fuerte. El solo atinó a ronronear en una almohada ajena. Nadie podría decir jamás que el no tuvo su oportunidad.

Lamento, el poco tiempo, quien no hubiera deseado convertir este momento en un sinfin de tiempos inacabados, pero cosechaba pocas horas. Hubiera deseado, que el fuera consciente de todas sus crueldades, pero evidentemente , el designio, no era un sujeto destinado a cosas esperables, y eso la excitaba.

Abrió la boca, de su amante inmóvil, aquélla que rato antes, había perjurado sinfines de promesas felices. Lo miró, así un buen rato. Se inclinó, y sin dudar siquiera un segundo, arrebató de aquel mal hombre, de sus fauces, todas, las promesas de un amor maldito. Se entretuvo mascando su lengua un buen rato, hasta que el juego se convirtió en arcada. Escupió lejos, mezcla de saliva y naúsea...

Idioma , que no sabía de amores, si no de engaños. proliferación de lenguas, que no mentirían más a nadie, inutilizado en su virtud de herir.

Lánguida su pose , vivificó el espíritu de ella. Renació y suspiró, nunca más. Sicaria del amor

2 comentarios:

DonGato dijo...

Horror de humores revueltos en el ígneo accionar del despertar del letargo inducido por el lábil orador quien había inoculado su curare oportunamente antes del encuentro.
Hasta ahí, textual del neslo :)
La escena donde ella le arranca las promesas y mastica su lengua me recordó a aquella tan publicitada del "Expreso de Medianoche" ;)
Igual de asquerosa jajaja

Anónimo dijo...

Eleo, soy Carlos

Muy buen relato, sin embargo cabe preguntarse quien soy yo para decirlo.
Simplemente un atrevido.
Por lo tanto, y habiendo justificado impertinentemente mi incursión, me animo a a sumar un especial elogio al ritmo, a las palabras elegidas, y a la tensión subyacente que inunda la escena.
Lo de las sombras como cómplices del recorrido visual es un recurso siempre efectivo.
La historia en sí misma se explica como (o pretende explicarse) como acto de justicia más que como venganza.
Cáustico y mordaz, el proceso final muestra el rencor en forma precisa.
Ahora bien, para un chico de barrio como yo queda sólo una pregunta por hacer. ¿estaba buena la mina?

xxx