sábado, 13 de septiembre de 2008

Besando la tierra.


Despojada de realidad, caí en tu brazos, creyendo que eran redentores,
y me condenaron otra vez al peor ostracismo, al de descreer.
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Despojada, de amor, inútiles mis brazos, de sentir el frío helado del invierno, que gobierna mi corazón.

Estériles abrazos que se cobijaron, en frías mañanas.

Mi pregunta, alzada al aire ingobernable, el interrogante de no encontrarte jamás.

De lanzas y escudos, me despojé para tenerte a mi lado, y vos solo supiste traicionarme, y yo inerme. Me heriste, de espaldas, clavaste tu puñal mas aguerrido. Me dí vuelta, y no alcanzaron las palabras para preguntarte porque vos.

Con la tierra como único beso, caí herida de muerte, sin armas, sin lanzas, sin escudos, derrotada de mis propias creencias y mi fe en vos.