lunes, 3 de septiembre de 2007

Me levante y dije BASTA.


Adormecida por un mentiroso candor,
me cobijé en tus brazos,
pero no soñaba,
sino que eran retazos de sueños ajenos.

Un día me despegué de esos brazos
y caí en la cuenta que el cerco protector
solo atenazaba libertades.

Un día decidí sacudir almohodones
y escaparle al cómodo letargo.
El día que decidí reencontrarme
y volver a empezar.