Pecaminosa realidad.

Dedicado a mi Muso, lider de mis inspiraciones nocturnas.


Me subi a tu camioneta negra, a sabiendas de todo lo que me harias y todo lo que te merecias. Calce mis humanidades en tu butaca negra, y me saque mis profundos anteojos negros, y te sonrei, consciente de cuanto te haria gozar. Me miraste sonriente, confiado, seguro de que yo seria tu primer plato, mientras yo me regodeaba con que fueras mi delicioso postre. NO te di tiempo para hablar, me incline y desabroche todas tus avasallantes posesiones, a sabiendas que serias mio una vez, y cuantas mas?
Tome, todo lo que tenias para ofrecerme, succione tus pensamientos, devore cada inutil aliento. Me asi de tu cabellera, cual jinete sin pelo, te monte alocadamente, entre tu pecho y el volante. Te reiste, y yo tambien, me embebi de cada sonido de placer que solo pudiste devolver, en un intercambio sin par. Te di rienda suelta, mientras te asias a mi caderas que pedian indiscriminadamente que la entrega fuera mayor. Mi pollera trepaba a velocidad de vertigo, queriendo escapar a tu mortal combate, y yo solo sonreia, consciente de nuestra loca pasion. Me penetraste fieramente, entre olores de cuero negro, mientras tu Fm, cantaba sonidos rimbombantes , ritmicos, que acompañaban, el loco devenir de tu carne que entraba y nunca salia. Te hinque mis stilletos, para volverte a la realidad, de ese submundo que era tu auto, que corrompia nuestra ya, impia conducta. Estallaste sobre mi, te deje morir en mis brazos. No te di tiempo a recomponerte, te entregue mis labios , mi lengua, mi exiguo aliento, como ultima recompensa, me baje y te mire maliciosamente, a sabiendas que querias mas, y eso era cuanto yo pensaba negociar. Me volvi a subir a mi auto, entre remisa y tentada, como postre me habias sentado celestial.

Sentirte en mi piel, saborear tus sudores, beber tus olores, masticar tu salada dermis, poseerte como siempre, jugar a que soy tuya, para esclavizar pensamientos contra pecaminosas realidades.