sábado, 18 de julio de 2009

Dulce licor de deseo.


Cena con amigas, la propuesta Las Cañitas, noche de jueves. Te vi, ni bien entre. Tus ojos se quedaron posados en los mios, un instante interminable, que nos marco a posteriori,a fuego. Te sonrei, consciente del efecto que provocaba, y vos fuiste eco de mi ladina sonrisa. Nos sentaron cerca, tu mesa casi rozando la mia, tu pierna proxima a la mia. Me costaba escuchar a mis amigas, cuando tan insistemente me rozabas bajo el mantel, con cara impavida. El vino, estaba delicioso, sumado a la buena musica, la gustosa comida, y tu piel muy cerca, me erizaba la piel, minuto a segundo. No prestaba atencion a otra cosa que no fuera ese deseo caliente, que se derramaba por esa pequeña separacion de nuestras mesas, casi unidas en casual encuentro. Luego de soportar con estoicismo, todos tus avances, me levante al toilette, necesitaba volver a mi.
Me dirigi por escaleras oscuras, que indicaban que iba por buen camino, a un mortecino pasillo. cuando ya iba por la mitad de la escalera supe que estabas detras mio. Gire y te volvi a liquidar con sonrisa traviesa. Me tomaste del brazo y me apoyaste en la humeda pared, dirigido por tu incontenible deseo. Una carjada prorrumpio de mi garganta, y me silenciaste con un obsceno beso. Caudal de emociones contenidas durante toda una cena. Con tu lengua, recorriste todas las comisuras de mi boca, me tentabas, la retraias, me la dabas, y yo te seguia acolitamente, por la bella caverna de tu paladar. Tus manos traviesas, desprendieron mi blusa, y te encontraste con mi pezones que estaban absolutamente erectiles a tu tacto. Te voy a coger, suspiraste entre gemidos de placer, desenfreno y loco placer. Y yo, no respondi, no habia necesidad todo mi cuerpo lo hacia por mi. Posaste tu boca, en mis pechos que te pedian por favor, que los siguieras haciendo tuyos. Tu mano descontrolada, levanto mi falda, rasgaste mis medias red y hallaste mi pubis mojado de pasion por vos. Tantee tu pantalon, y te encontre esperandome erguido, desafiante, posesivo, hincandose en mi carne. Te tome por el cuello, y levante mis piernas que se reunieron en sinuosa aceptacion en tus caderas. Bebeme, fue lo unico que pude gesticular. Obediente, sumiso de mi deseo , me penetraste salvajemente, y en cada embate mi espalda golpeaba el frio ladrillo de la pared,mientras por delante recibia lavas de calor.Nos fusionabamos en una danza salvaje. Mordisquee tus lobulos, succionaste la larga curva de mi cuello. Me diste vuelta y tomaste mis nalgas, que hacian paso a tu agresivo deseo, empujaste sobre carnes que se resistian, pero con locura envolvente tambien te permiti el acceso. Tus dedos marcaban mis caderas, que seguian el movimiento ulular de nuestro primitivismo salvaje. Lejanos los dos, la preocupacion por donde estabamos, solo queriamos tomar lo que el otro daba.Te hice mio,me hiciste tuya, con nuestras lenguas, que en extraña sociedad nos envolvian, nos elevaban, nos hacia girar en ritmo aspiralado. Luego de acabarnos, te arrodillaste y con tu lengua golpeaste con suave ritmo mi clitoris, mientras borrabas todos los rastros de nuestra rapida copula y su simiente. Nos arreglamos, nuestras ropas, te acomode el pantalon sin antes inclinarme y darle un beso reverencial a quien habia ahondado en mis huecos, calientes de deseo.
Volvimos a subir, al mundo que desconocia nuestro encuentro. Yo pedi mas vino, todavia me negaba a que mi boca abandonara los extraños elixires que esa noche me habia regalado.
No pediste postre, tenias todavia en tu boca mis dulces licores.

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