
La facultad de detener mi corazón, nadie te dió derecho.
El poder de quitarme el aire, nadie te lo otorgó.
Mis confusos sentimientos,
este loco estallido entre gritar y desesperar.
El miedo a jugar, el miedo a perder,
la poca cordura que todavía me resta.
Tu inexplicable presencia en mi vida,
jugueteos de un destino perverso.
No saber si estás o no,
pertenencias de la imaginación o la realidad?
Este poco cuerdo descubrir,
que arrecia como siempre en mi vida.
El egoísmo de postergar,
otra vez , el buen tino.
El poco raciocinio,
para saberme alejar y al que no recurro.
Mi espíritu aventurero,
que no puedo domesticar.
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