
Erase una vez, un yo, que vivia desenfrenada, desaforada, loca de ataduras, claustrofobica ante el limite social, aventurera de curiosa monta, probatoria de nuevas sensaciones, el mundo le quedaba chico y ella lo tomaba a bocanadas. Los resultados le importaban poco, el valor agregado radicaba en el ir y venir de muchas sensaciones. Vivio y vivio asi, y un dia miro el haber, y quedaba mucho debe. Entonces de tripa corazon, se puso un freno a tanto avasallamiento personal. La contencion sonaba a palabras inexploradas, pero un dia decidio probar, como aquel que adopta castidad por perdon.Apretujo impulsos, y los canjeo por paciencia y medicion.
Dicen quien la conoce, que su esfuerzo fue imperioso, que se propino grandes golpes y hazañas en el mismo acto, que arremolino esfuerzo, pero tambien error.
Yo con freno, perdio...la oportunidad de dejar el mortal abatimiento...y resurgio sin freno, como , nunca deberia haberse dejado callar de esa manera. Prision por pecado, sometimiento por error...
Ser EFIMERA.
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