jueves, 11 de diciembre de 2008

Mi cerquito rosado.


Mi cerco de protección, hizo que yo por mucho tiempo me refugiara en él, feliz, resguardada, tal vez, del peor flagelo que soy yo, sin lugar a dudas.

Atenazando la capacidad de amar, me guarde del dolor. Convencida, que el amor era un pasaje infinito al mas ardoroso infierno, decidí no entregar mi corazón. No entendiendo ,que mi salvaguarda, me hacía más infeliz aún, implicaba más sufrimiento, y me llevaba a un paroxismo tal, que mi prisión, estaba pintada de los colores del arco iris.
Pinté sus muros grises, pero llegó mi gélido invierno,aquél que me encontró llorando de soledad, y de dolor, aquél al que me negué creyendo que no amar era seguro pasaporte para mi ficticia felicidad.

1 comentario:

GABU dijo...

ELEO... No podrìa agregar demasiado a tus palabras porque siento que me calzan a la perfecciòn y mal que me pese...

Debo admitir que el AMOR no tiene la culpa de que tantos pelotudos lo usen y hasta lo manoseen tan sòlo para sentirse winners con chapa de telgopor,no??

P.D.:Lo màs difìcil es asumirse daltònica,pero asì y todo nada vale màs que abrir los ojos tarde ò temprano y ver que lo que ansiàbamos no era lo que estàbamos viviendo!!

TE DEJO UN MONTÒN DE APAPACHOS ♣